miércoles, 8 de enero de 2014

Más de 10.000 personas dieron el último adiós a Eusebio

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Eusebio cumplió su último deseo —dar una vuelta en el estadio Da Luz— para despedirse de su casa. Fue también un emotivo adiós de los benfiquistas a su ídolo, a un símbolo de Portugal que muchos ya le consideran Patrimonio Universal. El féretro de la Pantera Negra fue trasladado al centro del campo, antes de las dos de la tarde, bajo una lluvia de aplausos. Fue un momento en el que muchos no pudieron reprimir sus lágrimas y en el que el dolor del adiós se sentía en el rostro de todos los presentes. “Tú eres nuestro rey Eusebio” se escuchaba desde las gradas en las que se concentraron 10.000 personas.
En el anterior estadio, situado a muy pocos metros del actual, Eusebio jugó 15 de sus 22 años como futbolista y allí se vivieron muchas noches mágicas como las de ayer. El Rey, como también le llamaban, se despidió de los suyos el día de los Reyes Magos (aunque en Portugal no se celebra esta festividad). Se podía sentir la misma magia que desprendía cuando tenía el balón en los pies. Pocos futbolistas consiguen reunir a tantas personas en su “último partido”, aunque esta vez no hubiese balón.
Cortejo fúnebre. Eusebio fue homenajeado tanto por su forma de jugar como por su forma de ser, su persona, su humildad, su entrega a un deporte y a un país. La Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) se unió también a este homenaje y colgó en la fachada de su sede una enorme foto de Eusebio.
Al último adiós en su estadio le siguió otra emotiva despedida, la de las calles de Lisboa, la ciudad en la que vivía y en la que pasó los mejores momentos de su vida. Miles de personas salieron a las calles para decirle adiós, a pesar de la lluvia. Un recorrido por todo el centro de la ciudad, desde la Segunda Circular hasta la Plaza del Municipio, donde se encuentra el Ayuntamiento, y de allí el cortejo fúnebre siguió para la Iglesia del seminario donde se celebró una misa con cuerpo presente oficiada por el padre franciscano Vítor Melicias. En la iglesia se reunieron muchos rostros amigos y conocidos del mundo del deporte, como Luis Figo, Pauleta y João Pinto. También hubo una importante representación de la política, con la presencia del presidente de la República, Cavaco Silva, y el primer ministro, Passos Coelho.
Tras la eucaristía el cuerpo de Eusebio se trasladó al cementerio de Lumiar, donde fue enterrado. Pero puede que reste a Eusebio otro viaje, destinado a los Reyes, el de su traslado al Panteón Nacional, donde permanecen los restos de varios monarcas y de la fadista Amalia. Será el Parlamento quien tenga la última palabra aunque los portugueses dejaron claro que Eusebio ha sido un verdadero Rey.(Fuente)

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