En la planta noble del Santiago Bernabéu se respira preocupación. Su gran estrella, el luso Cristiano Ronaldo, no ha sido capaz de digerir las últimas críticas y comienza a plantearse un cambio de aires. La directiva confía en que el enfado sea pasajero y que con el paso de las semanas las aguas vuelvan a su cauce, pero lo cierto es que hoy por hoy la continuidad del jugador en el Real Madrid no parece tan garantizada como hace apenas unos meses.
Aunque sabe que el futbolista acaba de cumplir 30 años y que los problemas físicos que le acompañan en los últimos tiempos podrían recrudecerse en años venideros, el club no se plantea su salida. De hecho, y según relata el diario Marca, la entidad tiene claro que será el propio jugador quien tenga que tomar la iniciativa y mostrar su deseo de o bien abandonar el club o bien ampliar nuevamente un contrato que termina en el lejano 2018.
Si no es capaz de superar esta crisis y pide su salida, algo que ya hizo en 2012, el conjunto merengue apostará decididamente por Gareth Bale, un futbolista en el que tanto Florentino Pérez como el resto de miembros de la directiva tienen depositadas grandes esperanzas y al que se vaticina como un futuro ganador del Balón de Oro.
En cualquier caso, para saber qué ocurrirá con Ronaldo habrá que esperar unas cuantas semanas. Los resultados que obtenga el Real Madrid tanto en Liga como, especialmente, en Champions League, la reacción del público del Santiago Bernabéu en partidos venideros, el trato que reciba de la prensa o la presión que ejerzan clubes como el Manchester United o el París Saint-Germain resultarán determinantes para definir el ahora incierto futuro del delantero.
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