El Bayern se impuso al Dortmund (2-0) en la final de la Copa alemana en un partido en el que se vio muy cansados a los dos grandes de Alemania. Los de Pep conquistan así su 17ª Copa.
La primera parte fue soporífera. Y eso que apuntaba maneras el partido en los primeros cinco minutos, con dos ocasiones seguidas para los de Guardiola. Lo intentó primero Muller ante la atenta salida de Weidenfeller, pero su disparo impactó en la cara del meta del Dortmund. En la segunda Robben disparó con la zurda tras una buena carrera. Weidenfeller atento, paró por bajo. A partir de ahí dominio territorial del Bayern sin profundidad, con llegadas muy intermitentes y sin a penas peligro.
El Dortmund por su parte, basó su partido en esperar atrás, juntos, sin cometer errores, para salir a la contra en la primera que tuviera. De esta manera llegó su única ocasión en los primeros 45 minutos, pero Lewandowski falló ante Neuer. Lo más vistoso de la primera mitad fueron las carreras por banda de Hojberg. El danés de tan sólo 18 años dejó buenos detalles en la banda derecha. A buen seguro Guardiola contará más con él la próxima temporada.
El Bayern lamentó la lesión de Lahm en la primera mitad. El internacional alemán se tuvo que retirar del campo en el 31’ por problemas físicos. En su lugar entró Ribéry, que había empezado en el banquillo por unos problemas de espalda.
Los primeros compases de la segunda parte comenzaron con el mismo guión, pero el Dortmund entendió que debía encimar a su rival si quería llevarse el título y empezó a presionar sin tregua. Esta manera de jugar trae riesgos atrás y en una de esas Ribéry se fue por velocidad de Piszczek y asistió a Muller en el área. El alemán remató de primeras y Weidenfeller, de nuevo, salvó a su equipo.
El Dortmund comenzó a creer que podía ganar y en el 64’ el árbitro le privó de ello. En una acción a balón parado, Hummels remató a portería. El balón entró, el Dortmund lo celebró, pero el árbitro no lo concedió. 0-0 y a seguir remando. Las ocasiones se fueron sucediendo, pero el miedo a perder comenzó a hacerse patente en ambos bandos. Los porteros, inconmensurables, salvaron a sus equipos. Primero Neuer, a disparo de Kirch. Luego Weidenfeller (su tercera aparición) tras remate de Robben.
En la prórroga el cansancio se apoderó de los jugadores. Neuer y Kroos necesitaron que entraran las asistencias con lo que de juego poco se vio en la primera parte. En la segunda las cosas cambiaron. El Dortmund agonizaba pidiendo los penaltis y el Bayern, a pesar de mostrarse impreciso, estaba más entero que su rival. En el minuto 107 un error garrafal entre Weidenfeller, que hasta el momento había estado perfecto, y Schmelzer fue el preludio del tanto de los de Pep. Boateng estuvo atento y robó la pelota tras el fallo y centró al área, centro que recogió Robben para batir a un Weidenfeller que volvió a fallar al intentar parar lo que parecía un remate fácil.
El Dortmund lo intentó entonces con más corazón que cabeza. Reus la tuvo, pero Boateng desvió a córner. Y cuando el Bayern pedía la hora, con el Dortmund volcado en el área, Muller sentenció la final con el segundo tanto, que le daba el doblete a Guardiola. Cruel desenlace para el Dortmund en una pobre final de los dos grandes de Alemania.(Fuente)
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