Casi 40 minutos, un palo (Thiago), un larguero (Kroos), algún susto que otro en forma de contra no trenzada de los chinos y un gol de Ribéry. Esa extensa ecuación necesitó Guardiola para levantar los brazos y gritar con rabia la ventaja que cogió su equipo antes de llegar al descanso. Ya no la dejó. Los bávaros estarán en la final, optarán a su primer Mundial de Clubes (tienen dos Intercontinentales, 1976 y 2001) y a la posibilidad de cerrar la temporada con cinco títulos de seis disputados (sólo perdieron la Supercopa de Alemania, en verano, ante el Dortmund de Jürgen Klopp). El Bayern fue de menos a más. Hubo momentos que hizo un fútbol tan plano, sin seguir un patrón claro, que decepcionó.
Pero Thiago tiró de repertorio y eso es sinónimo de que algo pasará. Y sucedió, claro. Situado con enganche, el medio fue reclamando la atención de sus compañeros hasta el punto de ser él el que guiaba la presión al rival. A los chicos del Guangzhou le costó creer, tanto que cuando pudo sorprender con velocidad, no existió el acierto ante Neuer. Muriqui pudo meter a su equipo en el partido en un par de ocasiones, pero o la falta de confianza en su pie zurdo o el tener la mirilla desajustada pesó mucho. De Conca y Elkeson aún hay quien se preguntan si se cambiaron para disputar el choque. Decepcionantes. El Bayern se lo fue pasando bien, corriendo lo justo, eso sí. Las aproximaciones ante la voluntariosa retaguardia chica eran cada vez más agobiantes y las opciones de gol no acababan en celebración o bien por las intervenciones del meta Zeng, o porque la bola iba al palo, al larguero o cerca del marco.
Götze, Thiago y Ribéry se asociaban con acierto, apareciendo desde atrás uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol europeo en los últimos años: el austríaco David Alaba. El zurdo corre, se asocia, corta, sabe tener la pelota entre los pies, presiona, centra en carrera… y lo mejor de todo, lo hace bien. Antes de pensar en las Navidades, el Bayern deberá jugar la final del sábado. ¿Ante Ronaldinho y su Atlético Mineiro? ¿Frente al local Raja? Sea como fuere, suma y sigue de Guardiola en su aventura germana. Hay cosas que le gustan. Otras, no tanto. Pero ganando todo es más fácil.(Fuente)
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