Michael Laudrup quería una guinda para rematar su proyecto al frente del Swansea y su aspiración era conseguirlo con la incorporación de Pablo Hernández. El Valencia tenía esa pieza importante para el club galés, pero a priori no quería desprenderse del futbolista castellonense. El acuerdo por el intercambio final dependía de una reunión que continúa abierta entre el presidente valencianista, Manuel Llorente; el director deportivo, Braulio Vázquez; y, sobre todo, a efectos deportivos, el técnico, Mauricio Pellegrino, quien no estaba por la labor de perder a un efectivo importante, pese a que por el momento el puesto se lo había ganado Feghouli. La salida del extremo derecho tenía que asegurar la llegada de un relevo cuando el mercado cierra el viernes.
Sobre la mesa siete millones de euros del Swansea, que ofreció en un primer 5,5 millones y ante la negativa del Valencia, que quería ocho, fue subiendo la oferta, siendo siete el número que hará jugar a Pablo Hernández en el Swansea de la Premier League. Allí se encontrará con Laudrup, con quien coincidió en su etapa en el Getafe, además de con otros futbolistas españoles como Michu, Chico, Rangel u Orlandi.
El traspaso del castellonense supone la necesidad valencianista de un nuevo interior diestro para competir con Feghouli. Tello se dio por pedido. Marteens (PSV) y Lass (Rayo) ocupan un buen lugar en la agenda de los de Mestalla. Pero el tiempo corre.(Fuente)
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