El Barça no ha dado muchos detalles de la lesión que sufrió Messi el día 11 en el campo del Betis. El parte médico protocolario se limitó a señalar la rotura en el bíceps femoral de la pierda izquierda y estimaba el tiempo de baja entre 6 y 8 semanas. Un plazo, sin embargo, que, de manera sorprendente, fue minimizado por alguna otra fuente del club al insinuar que la lesión no requería tanto tiempo de recuperación.
Es decir, según esa atrevida opinión pública, Messi podría estar listo antes de lo señalado por el parte médico, pero -siempre según esa fuente- se había decidido alargar oficialmente el plazo para que ni los medios ni el propio jugador se impacientaran con la fecha del regreso. Algo, la verdad, absolutamente improcedente si tenemos en cuenta el verdadero alcance de la lesión. La rotura, que no se ha especificado ni suele especificarse nunca con jugador alguno, no es ninguna broma: son 6 centímetros y en este tipo de lesiones musculares el tamaño sí que importa. Y mucho.
La tradición dice que la recuperación suele progresar a razón de centímetro por semana. En consecuencia, el parte médico no exagera ni minimiza. Es verdad que tampoco da detalles para sospechar más larga espera, pero es seguro que nadie puede deducir que sean menos de 6/8 semanas, ni tampoco asegurar que, al final, se alargue alguna más. Una opción que Messi, absolutamente concienciado de la situación, tiene claro y asumido. Como él mismo ha dicho, ni se marca plazos, ni está dispuesto a volver hasta que su cuerpo le diga que está al cien por cien.
Mientras llega ese día, y conscientes de que aún están en la primera etapa del proceso, Leo y Luis García- el kinesiólogo argentino que voló inmediatamente de Buenos Aires a Barcelona para ponerse al frente del tratamiento, están haciendo tres sesiones diarias de recuperación. Trabajarán en la Ciutat Esportiva hasta final de mes y luego seguirán en Argentina un nuevo tramo.
También sin prisa, porque no se trata de ganar tiempo sino de recuperar al futbolista para que esa añorada sonrisa de Leo, que volvió a verse en la entrega de la Bota de Oro, también podamos verla en el campo en lugar de esa cara de preocupación que ha mostrado Messi desde que, en abril, se lesionó en París ante el PSG.
Un contratiempo que ha marcado los últimos siete mes en los que, inseguro y con miedo a romperse de nuevo, ha padecido hasta tres lesiones musculares más. Conclusión, despacito y buena letra. Decir que el plazo de recuperación se ha exagerado, es meter la presión que se quería evitar.(Fuente)
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