El Barcelona hizo en 2011 lo que todos los clubes de fútbol, cada uno en su dimensión, suelen hacer: comprometerse con jugadores que tienen contrato en vigor. El último caso conocido de esta práctica ha sido la del Bayern de Múnich con Lewandowski. El problema con el que se va a enfrentar el Barcelona no es otro que la aparición de papeles que demuestran que el club azulgrana firmó a Neymar con un contrato de tres años por delante. Y FIFA establece que sólo se puede tocar a un jugador que está en los últimos seis meses de contrato.
El juez Ruz ha pedido todo tipo de documentación tanto al Gobierno brasileño como a la propia FIFA, lo que implica que el máximo organismo del fútbol mundial ya tiene conocimiento de las prácticas llevadas a cabo por la entidad azulgrana, que traspasan la línea de lo permitido. FIFA contempla sanciones tanto para los clubes como para los jugadores que incurren en este tipo de infracciones.
Desde el castigo económico al deportivo
Tal y como ha sabido El Confidencial, el organismo que preside Blatter, pese a que huye de todo lo que sea la entrada del fútbol en los juzgados, tienepensado abrir expediente al Barcelona para saber si realmente pagó por el jugador cuando todavía militaba en el Santos. Las sanciones van desde lo económico hasta la posibilidad de que un equipo pueda ser apartado de la competición. Este último caso está descartado, pero FIFA pretende que el asunto no pase inadvertido siendo uno más. Quiere aplicar mano dura.
FIFA puso en marcha en los últimos meses un sistema que controla que los traspasos de los jugadores se realicen dentro de la corrección que marcan las normas. Es lo que llaman en la sede de Zúrich como el Transfer Matching System (TMS). Entró en vigor el pasado mes de octubre. Consiste en que los dos equipos envían toda la documentación de cada operación, el sistema comprueba si coinciden y se ajustan a la realidad y, sobre todo, a las reglas impuestas por la organización futbolística internacional.(Fuente)
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