Es un estado de locura liderado por la desorganización. Las barras bravas controlan gran parte del fútbol argentino y no hay nadie que les pueda poner un límite. “Hinchas” de un club de primera interrumpieron la práctica de su equipo para pedirle a los jugadores más actitud y se llevaron ropa de gran partes de ellos.
“Pasó, no hay por qué esconderlo. Todos saben lo que sucedió. Nos encontramos con esto esta mañana y no me parece que esté bien”, fueron algunas de las palabras de Gustavo Oberman, jugador que estuvo en el momento cuando los violentos entraron al club. Justamente, el club en cuestión es Argentinos Juniors y sus jugadores se ven alterados por la situación que les tocó vivir.
En dialogo con Un Buen Momento, por Radio La Red, el volante manifestó: “Eran muchos para contarlos. A la mayoría los conocía ya, porque casi siempre tuvimos un muy buen trato. Hoy los vi mucho más nerviosos y la situación tampoco da para ponerse tan nerviosos me parece”. En el trasfondo de la cuestión se puede observar ciertos intereses económicos que muy lejos están de lo deportivo.
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Antes de retirarse de las instalaciones del club, este grupo de violentos ingresaron a la utilería y se quedaron con distintos elementos que no les pertenecían.
Para cerrar, Oberman le mandó un claro mensaje a sus dirigentes: “Creo que tendrían que tomar una decisión los dirigentes como la del presidente de Independiente Javier Cantero para que no haya relación. Si me piden plata veré que hago, me iré del club. Esa no es la manera de manejarse”.(Fuente)
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