Jupp Heynckes es un hombre tranquilo. Por momentos, quizás, demasiado paciente. Lo demostró en el Real Madrid cuando tuvo que hacer las maletas nada más ganar la Copa de Europa y lo hizo sin abrir la boca, sin hablar mal de nadie pese a que sus últimos meses en la entidad madridista vivió todo tipo de situaciones. Por este motivo llama la atención su reacción de ayer cuando fue preguntado si pediría consejo o no a Pep Guardiola para derrotar al Barcelona en las semifinales de la Champions."Respétenme, no necesito llamar a Pep ni a nadie". Tras esas palabras hay resquemor, ciertas ganas de dejar las cosas en su sitio y de distanciarse de Guardiola. Al entrenador alemán no le gustó la manera de actuar del ex del Barcelona al negociar en plena competición con el Bayern cuando el propio Heynckes no había tomado una decisión definitiva respecto a su futuro. No le gustó la manera de actuar de Pep, del que echó en falta una llamada, un gesto.
El distanciamiento que quiere marcar con Guardiola por aquello de firmar en pleno mes de enero no termina con el técnico. Heynckes se siente, en cierta manera, traicionado por la forma de actuar de la directiva del Bayern Múnich. En el fondo, el ex del Real Madrid albergaba la posibilidad de continuar una temporada másen el banquillo del campeón alemán, pero la aparición de Pep y su llegada al banquillo del Allianz Arena dilapidó dicha posibilidad. Ahora el actual técnico del Bayern medita la posibilidad de seguir en activo, de continuar como máximo responsable técnico de algún equipo de la Bundesliga, pero lo que parece descartado es salir de su país para continuar su carrera como entrenador.
Ahora, los Hoeness, Rummenigge y Beckembauer quieren cerrar la herida ofreciendo a Heynckes continuar dentro del organigrama técnico del Bayern, algo que el técnico no parece estar dispuesto a aceptar. El ex del Real Madrid considera que no le han tratado como merece por lo que está haciendo desde que hace dos temporadas llegó al banquillo del equipo bávaro. De momento, ha conquistado dos Bundesliga, llegando a una final de la Champions, la celebrada en Múnich hace poco menos de un año, y sigue vivo en su segunda participación en la penúltima ronda de la competición.
Heynckes puede pasar a la historia del fútbol como el entrenador que conquiste dos Champions, en caso de ganarla con el Bayern, sin tener opción de continuar en el banquillo en ninguna de las dos ocasiones. Le sucedió con el Real Madrid cuandoconquistó la Séptima en la más absoluta soledad. Un día después le comunicaron que no seguía como máximo responsable técnico de la entidad madridista. En este caso lo sabe desde enero, momento en el que se anunció la llegada de Guardiola.
La venganza que su mente prepara, tanto para Guardiola como para los dirigentes del equipo alemán, es eliminar al Barcelona. A los primeros pretende demostrarles que se han equivocado con lo que él considera precipitado adiós y al técnico derrotando a su equipo, a la entidad que ha dado forma y a la que ha pertenecido durante la mayor parte de su carrera profesional. Ya saben que la venganza se sirve en plato frío.(Fuente)
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