viernes, 7 de septiembre de 2012

El niño de la guerra que despuntó en Zadar



El niño de la guerra que despuntó en ZadarRetrocedamos en el tiempo. Año 2005, cuando el joven Luka Modric empieza a aparecer en la Sub-21 croata, con Slaven Bilic como técnico. Partidos ante Malta, Suecia, Serbia o Islandia, con compañeros como Vukojevic por detrás o Eduardo Da Silva por delante. Tiempo habrá para detenernos en detalles de sus inicios, pero antes, la cuestión táctica. En los dos partidos en los que ya jugó con el Madrid lo hizo de mediapunta, pero sus posibilidades son muchas. Y todo producto de una evolución futbolística que ha transformado a Modric. En aquella Sub-21 Modric jugó muy por delante de la pareja de mediocentros Vukojevic-Grgurovic, y a menudo se escoraba a la derecha. Bajaba poco a recibir la pelota, participa poco. Especialista a balón parado, tímido, todo eso lo superaría cuando decidió retroceder su posición. Juega siempre sencillo, casi no conduce la pelota. Un Modric muy distinto al de hoy.
Por eso la famosa frase de Boban de "Modric es un centrocampista dinámico, a mí me gusta más verle de mediapunta, aunque no es un goleador". Gran definición, aunque Modric sí marcaría trece goles en su última temporada en el Dinamo antes de llegar al Tottenham. Ya para entonces se había consolidado en la selección como mediocentro y había explotado del todo en la Euro 2008. Pero en el Dinamo de Zagreb fue hasta el último día mediapunta, hasta la final de la Copa croata ante el Hajduk donde el técnico Zvonimir Soldo le escoró a la banda izquierda, algo que a menudo le sucedería en el Tottenham con Redknapp y en su selección.
Nacido en Zadar el 9 de septiembre de 1985, como a todos los eslavos de su generación la guerra marcó su infancia. Su padre Stipe fue miembro del ejército croata. Perdió a su abuelo en plena batalla mientras el joven Luka vivía en un hotel en la isla de Iz, cerca de Zadar. Con poco más de 500 habitantes, en aquella pequeña isla, Modric empezó a tener sus primeros sueños de fútbol. Hasta allí había llegado con seis años ante la imposibilidad de seguir en Zadar. Cuando volvió ya prometía en los juveniles de Zadar por lo que en 2002 firmó por el Dinamo de Zagreb.

Una apuesta.

Su padre había vuelto de la guerra y con el poco dinero que pudo juntar había metido a su hijo en una academia local de deportes, donde empezó a jugar de verdad al fútbol. Tenía 17 años Modric cuando llegó al Dinamo de Zagreb, donde antes brilló Suker o Boban, su gran ídolo. Un año en los juveniles del Dinamo y una cesión en 2003 al Zrijinski Mostar en la liga de Bosnia y Herzegovina y otra posterior al NK Inter Zapresik. Siempre aún de mediapunta, pero brillante hasta el punto de ser nombrado mejor futbolista del torneo bosnio con solo 18 años. La vuelta al Dinamo la marcan dos clásicos ante el Hajduk en 2005 resueltos ambos por 1-0 a favor del Dinamo y con dos goles de Modric. Firmó contrato hasta 2015, un ejemplo más de su explosión en un club con el que conseguiría 19 goles las dos temporadas siguientes, cifras inalcanzables cuando en el Tottenham empezó como mediocentro. En sus dos últimas temporadas con el Dinamo de Zagreb no tuvo rival. Su club aplastó primero al Hajduk y después al Rijeka. Época de festejos, éxitos y alegrías. Pero, sin duda, la liga croata se le había quedado muy pequeña...(Fuente)

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