jueves, 28 de noviembre de 2013

Champions League: STEAUA 0 - SCHALKE 0

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El partido jugado esta noche entre Steaua ySchalke deja una cosa clara y muchas dudas para la última jornada. Primero la clara: los rumanos están fuera de Europa y acumulan 22 partidos sin ganar en la fase final de la Champions tras el empate entre ambos equipos.
Y segundo, la dudosa: los alemanes, felices durante toda la competición por su posición privilegiada en la segunda plaza del grupo e incluso con algunas opciones de asomar la cabeza a la primera, se han metido en un monumental lío por culpa de su empate y de la victoria del Basilea ante el Chelsea. Una victoria que nadie esperaba y que hace inevitable que el conjunto minero gane al Basilea para poder disputar la siguiente ronda de la máxima competición europea.
El encuentro comenzó con nieve y frío y el Schalke fue el único equipo que supo moverse en esas condiciones en el estadio Nacional de Bucarest. En un principio, el Steaua, consciente del cara o cruz del partido, trató de llevar el control. Le duró diez minutos. Sólo Piovaccarimantuvo la tensión para los de Bucarest durante lo que restó de periodo.
A partir de ese momento, la calidad germana se fue haciendo patente y conquistó fácilmente el terreno de juego gracias a la fuerza de sus bandas. Tanto la derecha, gracias a Uchida y Farfán, como la izquierda, con Aogo y Fuchs, eran zonas de libre circulación para el conjunto entrenado por Keller.
La defensa del Steaua no sólo tenía que hacer frente a las rápidas e inteligentes internadas alemanas, sino a la magia del talentoso Meyer. El sustituto de Draxler en este partido tuvo de cabeza a todos sus marcadores gracias a un desparpajo y a una calidad que le permiten controlar el tiempo del ataque y ver aquello que pocos pueden ver en fracciones de segundo.
El partido se reinició en la segunda parte y coincidió con el fin de la nieve. El dominio del Schalke decayó y el Steaua creció, demostrando su deseo de continuar en Europa, ya fuera en Champions o en Europa League. Piovaccari, una vez más, era el cabeza de cartel, acompañado, esta vez, por Tanase. El italiano trabajaba todos sus espacios y todas sus oportunidades y llegó a sufrir un claro penalti en el 60' al recibir un directo de Fährmann. Un KO del sustituto de Hildebrand que el colegiado Nijhuis decidió pasar por alto.
La entrada del resfriado Draxler no trajo ninguna mejora a las filas germanas. Sus acercamientos eran a cuentagotas y eran los pupilos de Reghecampf los que no paraban de asediar todos los centímetros del campo germano. La necesidad era cada vez más imperiosa, pero a pesar de todos los errores alemanes, el marcador se mantuvo como al inicio del encuentro: a cero.(Fuente)

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