Así como el éxito es la tarjeta de visita de un entrenador, la táctica podría considerarse su sello personal. Entre los diez candidatos al galardón de Entrenador del Año de la FIFA 2013 encontramos exclusivamente hombres con un sello personal inconfundible. Maestros reconocidos del oficio, todos ellos saben cómo conseguir que sus respectivos equipos den lo mejor de sí. Puede que difieran en sus planteamientos, pero todos cuentan con una fórmula personal con la que convertir a los once jugadores sobre el césped en un colectivo perfecto.
Seis semanas antes de que el Kongresshaus de Zúrich acoja la gala del Balón de Oro de la FIFA el próximo 13 de enero de 2014, FIFA.com ha analizado en detalle las preferencias tácticas de los diez candidatos, presentados aquí en estricto orden alfabético.
Carlo Ancelotti
El antiguo jugador de la selección italiana dejó este verano el París Saint-Germain para fichar por el Real Madrid, y de momento está demostrando que también en el equipo merengue es capaz de lidiar con la extroversión de las grandes estrellas a su cargo. Ancelotti es flexible como pocos y, cuando conviene, sabe adaptar la táctica del equipo a los jugadores que tiene a su disposición o bien al adversario, con lo que siempre tiene la sorpresa de su lado. Con el PSG, Ancelotti dispuso un 4-4-2 sobre el terreno de juego en 29 ocasiones, y sólo en dos salió derrotado. En el Real Madrid, Carletto alterna entre el 4-3-3 y un 4-2-3-1. Lo más importante para él: "Contar con once jugadores que ataquen cuando tienen el balón y once jugadores que defiendan cuando no lo tienen".
Rafael Benítez
El español es un perfeccionista que no deja ningún detalle al azar. Es también partidario entusiasta de programas de entrenamiento informatizados y de ejercicios tácticos minuciosamente ensayados. "Actualmente es posible analizar de manera muy objetiva los puntos fuertes y débiles del adversario y de tu propio equipo. Con esos datos se pueden trazar planes: un plan A, un plan B, un plan C. Una vez, un jugador me preguntó si había también un plan D. Y tenía razón. No está de más considerar todas las situaciones hipotéticas posibles", declaraba el actual entrenador del SSC Nápoles hace algunos años, antes de continuar: "¿Por qué se asocia siempre la belleza al pase corto o a la habilidad técnica? No me gustan las mentalidades rígidas. No hay una definición objetiva de la belleza del juego. El buen fútbol no es cuestión de ideologías, y mucho menos la propiedad intelectual de algún iluminado". Benítez apuesta generalmente por una formación 4-2-3-1, si bien en función del adversario y de la situación es capaz de cambiar de inmediato el dibujo táctico del equipo.
Antonio Conte
Conte es el responsable del renacer de un grande del fútbol italiano, el Juventus de Turín. El equipo ha sumado dos ligas italianas consecutivas desde que Conte accedió al cargo en 2011, y muy posiblemente el éxito se deba a los cambios tácticos que ha introducido. El habitual (y en ocasiones rígido) 4-4-2 de la Vecchia Signora ha sido sustituido por un sistema más flexible, en el que un 4-2-4 puede transformarse en 4-3-3 o 3-5-2. "Tiene una virtud excepcional, y es la organización", destacaba el madridista Ancelotti hace pocas semanas, en clara alabanza a los recientes logros de Conte.
Vicente del Bosque
Durante los últimos cinco o seis años, la selección española ha dominado, cuando no revolucionado, el fútbol internacional. Tras la Eurocopa que conquistó España en 2008, Del Bosque tomó el relevo de Luis Aragonés y perfeccionó el de por sí casi inmejorable concepto de “tiquitaca”, o juego de pase corto, que quizá pueda describirse como un intercambio interminable de pases hasta que se abre el espacio decisivo. Del Bosque ha reivindicado también la figura del falso nueve, lo que ha llevado a laRoja a jugar sin un verdadero delantero centro. El objetivo es contar en el eje del ataque con un jugador habilidoso, capaz tanto de participar en los largos intercambios de balones como de retrasarse al centro del campo cuando resulta necesario. Desde hace años, España despliega habitualmente un 4-1-4-1. Todo el equipo, además, procura abrir opciones de pase moviéndose constantemente, incluidos los defensas, lo que obliga al rival a defender un espacio muy amplio y permite a los españoles desarrollar su juego trenzado.
Alex Ferguson
Al igual que Arsène Wenger, Ferguson (que este verano se despidió de los banquillos tras celebrar incontables triunfos con el Manchester United) ha tenido la ventaja de poder elaborar una concepción del juego y unos planteamientos tácticos muy concretos a lo largo de los años, ejecutados luego sin discusión por su equipo sobre el terreno de juego. Durante mucho tiempo, el escocés optó por un rígido 4-4-2, si bien en épocas más recientes ha optado a menudo por un 4-2-3-1. Para el recuerdo ha quedado el 8-2 que los Diablos Rojos endosaron al Arsenal en agosto de 2011, cuando Fergie, estratega hasta el fin, optó por un 4-2-4-0 con el que barrió del campo al adversario.
Jupp Heynckes
Elegido en 2013 mejor entrenador del año en Alemania, Heynckes puso este verano toda su experiencia (y una buena dosis de serenidad) al servicio de su equipo, el FC Bayern de Múnich, para conquistar la Liga de Campeones de la UEFA. A sus 68 años, Heynckes no sólo supo canalizar el talento de una plantilla superlativa, pero temperamental, y convertirla en un colectivo perfecto, sino que también fusionó diversos planteamientos tácticos hasta dar con la fórmula del éxito: un 4-2-3-1, al que incorporó componentes como un vertiginoso juego de pases cortos, dinamismo por las bandas, cambios de orientación rápidos y una presión ofensiva casi instantánea. Podría incluso hablarse de un "tiquitaca 2.0", si bien el habitualmente reservado Heynckes tuvo esto que declarar antes de ceder las riendas del equipo a Pep Guardiola: "El Bayern no juega como el Barcelona. El Bayern tiene un juego más moderno, más contemporáneo, mejor", y añadió: "A mi sucesor le entrego posiblemente el mejor equipo del mundo".
Juergen Klopp
Hay razones de peso para argumentar que el actual entrenador del Borussia Dortmund es una de las fuentes de inspiración del nuevo estilo de juego alemán y uno de sus principales promotores. Motivador infatigable, Klopp (que como jugador nunca llegó más allá de la segunda división) tiene fama de gran estratega, y ha sabido llevar la transición ataque - defensa y la presión ofensiva a dimensiones desconocidas hasta ahora en la nación tricampeona del mundo. Klopp acostumbra a disponer un 4-2-3-1 sobre el terreno de juego, en el que las posiciones de doble pivote defensivo en el mediocampo las ocupan un jugador eficaz en carrera y en el uno contra uno, y otro con mayor habilidad técnica y estratégica.
José Mourinho
Es de sobras conocido que The Special One prefiere organizar sus equipos a partir de una defensa particularmente robusta y sólida. Los análisis del portugués, que este verano ha regresado a las filas del FC Chelsea, son tan conocidos como temidos por sus adversarios. Nadie sabe preparar a sus equipos para aprovechar las flaquezas del adversario mejor que el Entrenador del Año de la FIFA 2010. Mourinho es otro de los partidarios del sistema 4-2-3-1, si bien en posesión del balón prefiere apostar no tanto por la clase individual y la rapidez de los jugadores de banda, como por la visión de juego de un medio centro excepcional.
Luiz Felipe Scolari
Hace ahora casi un año, Felipão se hizo cargo de la selección de Brasil con el objetivo explícito de conquistar la Copa Mundial de la que será anfitriona. Expertos y aficionados se mostraron en aquel momento escépticos, pero doce meses más tarde todos se han rendido ante Scolari, quien ya se proclamó campeón del mundo en 2002. Los pequeños cambios introducidos en la selección han tenido un considerable efecto. Scolari apuesta por jugadores capaces de darlo todo durante los 90 minutos del partido, jugadores que destacan por su presencia, velocidad, condición física y poderío. A partir de una defensa sólida, construida con futbolistas de primerísima clase, Scolari desarrolla un juego rápido de pase directo, tensión constante y desborde en ataque. Habitualmente, su equipo despliega un 4-2-3-1 en el que la rápida verticalidad de los carrileros abre espacios para los atacantes. Con Fred, además, Scolari vuelve a disponer de un delantero centro de primera categoría, capaz de convertirse en el máximo goleador de los brasileños durante la reciente Copa FIFA Confederaciones 2013 y de desarbolar las defensas rivales.
Arsène Wenger
A sus 64 años, el francés lleva en el banquillo del FC Arsenal desde 1996. Considerado uno de los pioneros del juego ágil y de pases cortos, Wenger no ha modificado sustancialmente su filosofía, pero con el tiempo los Gunners han dejado atrás su habitual 4-3-3 y el ocasional 4-4-2 para dibujar ahora un 4-2-3-1 sobre el campo. El más esteta de los entrenadores ha sido siempre partidario de la flexibilidad y la creatividad, por lo que sus hombres, por lo general de una calidad técnica indiscutible, alternan a menudo entre distintas formaciones. Wenger preconiza el juego ofensivo, y muy pocas veces define la táctica o las alineaciones en función del rival.(Fuente)
A sus 64 años, el francés lleva en el banquillo del FC Arsenal desde 1996. Considerado uno de los pioneros del juego ágil y de pases cortos, Wenger no ha modificado sustancialmente su filosofía, pero con el tiempo los Gunners han dejado atrás su habitual 4-3-3 y el ocasional 4-4-2 para dibujar ahora un 4-2-3-1 sobre el campo. El más esteta de los entrenadores ha sido siempre partidario de la flexibilidad y la creatividad, por lo que sus hombres, por lo general de una calidad técnica indiscutible, alternan a menudo entre distintas formaciones. Wenger preconiza el juego ofensivo, y muy pocas veces define la táctica o las alineaciones en función del rival.(Fuente)
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