Old Trafford volvió a ser mágico. El Teatro de los Sueños, a menudo acusado de no hacer el suficiente ruido, se preparó para apoyar a su equipo pasara lo que pasara. A cambio, sus héroes debían hacer una cosa: el partido del año. El equipo inicial volvía a necesitar de un Giggs de 40 años pero también de altas dosis de energía. Salió el Manchester con prisa para resolver pero la primera ocasión fue para el conjunto de Míchel que parecía aceptar bien la propuesta de público y rival:Campbell, la mayor amenaza griega, dio un pase atrás que Hernán Pérez no supo rematar bien. Pero al poco el Olympiakos se desinfló: el juego directo del Manchester, su alta intensidad, su agresividad con y sin balón les fue dejando sin respuestas.
Y encima, combinaron tres futbolistas que se habían visto más por la tele que sobre el campo: Giggs, Rooney y Van Persie apenas han jugado juntos esta temporada. Un balón largo del galés llegó al holandés que fue derribado en el área. Ese penalti, en el minuto 22, se convirtió en el momento cumbre de la temporada. Y estamos en marzo. Pero con el 1-0 el partido, sin tregua y sin defensa, se jugó en las áreas.Roberto y de Gea realizaron paradas estratosféricas (en el 39, dos milagrosas con el pie del segundo). Podía pasar de todo. Otro gol del Manchester antes del descanso por ejemplo: Giggs, de nuevo, lanzó en largo a Rooney y su centro lo remató Van Persie segundos antes del final de la primera mitad. Al inicio de la segunda, una falta al borde del área vio un baile de Rooney sobre el balón, y un remate de Van Persie que dejó a Roberto helado. El día D, el Olympiakos se hizo pequeño y el United reconocible en medio de una temporada que estaba siendo para olvidar.(Fuente)
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