Javi Martínez ha causado uno de los incidentes más bochornosos que se recuerdan en el Athletic Club de Bilbao. Si no tuvo suficiente con marcharse a Alemania de madrugada, sin permiso de la entidad y tapado con un paraguas para pasar el reconocimiento médico con el Bayern Múnich, el pasado domingo saltó el rumor de que el propio futbolista había accedido a las instalaciones deportivas de Lezama saltando la valla de seguridad.
El propio jugador desmentía los hechos mediante su cuenta oficial en Twitter: "Es increíble que haya gente que crea que esa historia es cierta..." escribió. Nada más lejos de la realidad. Según el informe presentado por la empresa de seguridad encargada de vigilar los campos de entrenamiento, "a las 00:15 horas de la noche, un individuo saltaba la verja exteriorde Lezama, siendo reducido por el vigilante nocturno" de las mismas.
Aquí, alguna de las dos versiones miente. Parece extraño que la empresa de vigilancia pueda mentir en el informe enviado a las oficinas de Ibaigane. O eso, o que no se ha contado toda la versión de los hechos. Una de las nuevas hipótesis que ha salido a la luz es que Javi Martínez estuvo llamando al timbre en la portería, pero al ver que nadie le abría la puerta, saltó la verja para acceder al recinto.
Una vez dentro, según ha publicado El Correo, el vigilante no reconoció al jugador, ya que éste no es aficionado al fútbol y estaba cubriendo las vacaciones del habitual empleado de seguridad. Al verse reducido, el navarro se vio obligado a identificarse. "¡Que soy Javi Martínez, que soy Javi Martínez!" le repitió varias veces. Tras enseñarle el carné de identidad, el jugador del Bayern Múnich explicó al guarda, que finalmente le reconoció gracias a un poster que había colgado en la garita, que iba a recoger sus cosas. "Son cosas especiales, me hacían falta", dijo el de Ayegui.
Sólo pudo llevarse un par de botas que tenía por el vestuario, ya que su taquilla estaba vacía y el contenido de la misma se encontraba en las oficinas dentro de una bolsa. Obviamente, el encargado del club no le concedió el acceso a dicho habitáculo.
La pregunta es muy clara: ¿Qué tiene Javi Martínez en Lezama que lo hace tan importante? Lo lógico hubiera sido que ya que no quiere que se le vea por Bilbao, llamar a su antigua entidad para concretar una hora y recoger sus enseres. Otra de las soluciones hubiera sido que cualquier ex compañero suyo se lo hiciera llegar, pero no.
Javi Martínez tuvo que echar más leña al fuego y protagonizar otro hecho vergonzoso, uno más para el Athletic en lo que va de temporada. Una acción más bien propia de un niño de 12 años que no ha hecho más que volver a cabrear a la afición rojiblanca, que empieza a estar harta de los temas extradeportivos que envuelven el equipo.(Fuente)
El propio jugador desmentía los hechos mediante su cuenta oficial en Twitter: "Es increíble que haya gente que crea que esa historia es cierta..." escribió. Nada más lejos de la realidad. Según el informe presentado por la empresa de seguridad encargada de vigilar los campos de entrenamiento, "a las 00:15 horas de la noche, un individuo saltaba la verja exteriorde Lezama, siendo reducido por el vigilante nocturno" de las mismas.
Aquí, alguna de las dos versiones miente. Parece extraño que la empresa de vigilancia pueda mentir en el informe enviado a las oficinas de Ibaigane. O eso, o que no se ha contado toda la versión de los hechos. Una de las nuevas hipótesis que ha salido a la luz es que Javi Martínez estuvo llamando al timbre en la portería, pero al ver que nadie le abría la puerta, saltó la verja para acceder al recinto.
Una vez dentro, según ha publicado El Correo, el vigilante no reconoció al jugador, ya que éste no es aficionado al fútbol y estaba cubriendo las vacaciones del habitual empleado de seguridad. Al verse reducido, el navarro se vio obligado a identificarse. "¡Que soy Javi Martínez, que soy Javi Martínez!" le repitió varias veces. Tras enseñarle el carné de identidad, el jugador del Bayern Múnich explicó al guarda, que finalmente le reconoció gracias a un poster que había colgado en la garita, que iba a recoger sus cosas. "Son cosas especiales, me hacían falta", dijo el de Ayegui.
Sólo pudo llevarse un par de botas que tenía por el vestuario, ya que su taquilla estaba vacía y el contenido de la misma se encontraba en las oficinas dentro de una bolsa. Obviamente, el encargado del club no le concedió el acceso a dicho habitáculo.
La pregunta es muy clara: ¿Qué tiene Javi Martínez en Lezama que lo hace tan importante? Lo lógico hubiera sido que ya que no quiere que se le vea por Bilbao, llamar a su antigua entidad para concretar una hora y recoger sus enseres. Otra de las soluciones hubiera sido que cualquier ex compañero suyo se lo hiciera llegar, pero no.
Javi Martínez tuvo que echar más leña al fuego y protagonizar otro hecho vergonzoso, uno más para el Athletic en lo que va de temporada. Una acción más bien propia de un niño de 12 años que no ha hecho más que volver a cabrear a la afición rojiblanca, que empieza a estar harta de los temas extradeportivos que envuelven el equipo.(Fuente)
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