Jose Mourinho, con el Real Madrid
José Mourinho, Iker Casillas, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo parecen encontrarse en posiciones opuestas dentro del vestuario del Real Madrid y no se llevan bien. Hay una guerra civil en el conjunto blanco, una lucha de bandos que analiza Fran González.
Lo que parecía haberse solucionado con una épica victoria en Champions League ante elManchester City ha durado poco en la casa blanca, donde surgen de nuevo los rumores sobre la mala relación entre los jugadores y su entrenador, José Mourinho.
Desde la derrota del Real Madrid ante el Sevilla ha habido un antes y un después en el equipo. En cuanto a lo deportivo, el martes en Champions se produjo un cambio radical en los jugadores, que demostraron su compromiso y consiguieron una gran victoria remontando el partido en el último minuto. Sin embargo, el vestuario sigue en pie de guerra contra su entrenador, José Mourinho, por los métodos utilizados por éste, que parecen no gustar en la plantilla.
El primero en pagar los platos rotos ha sido Sergio Ramos, que, tras sus declaraciones atribuyendo la culpa por igual a entrenador y jugadores, fue relegado al banquillo y podría ser una de las cabezas no comprometidas con el equipo a las que se refirió Mourinho. Fuentes cercanas al club comentan que el de Camas podría estar descentrado por motivos extradeportivos. Algunos rumores indican que podría estar manteniendo una relación con la presentadora Pilar Rubio. La preocupación del portugués se centra en recuperar a todos los futbolistas a su mejor nivel y sobre todo en erradicar los goles a balón parado que está sufriendo el conjunto blanco en defensa. Para ello necesita a Ramos totalmente centrado en su trabajo. De todas formas, el portugués confía en el jugador y no piensa dejarle en el banquillo ni un solo minuto más.
Quiere dejar claro que se trata de una advertencia para que el sevillano no vuelva a hacer ninguna “rajada” más y sepa quién es el que manda en el equipo. Mourinho afirmó que no hay problemas con su jugador, que se quedó fuera por una decisión técnica, pero ésta no es la primera vez ni será la última que un jugador sufre los castigos después de hacer declaraciones que el míster considera inadecuadas. Desde que está en el Madrid, hemos visto esta forma de actuar de el entrenador portugués sentando en el banquillo a Cristiano Ronaldo después de decir que no le gustaba la forma de jugar del equipo. Este fue el caso más parecido a lo que ha ocurrido ahora con Ramos, pero en la carrera del técnico portugués ha habido muchos otros como Robben, Shevchenko, Balotelli y el propio Carvalho, cuando coincidió con el técnico en el Chelsea, que pasaron por lo mismo. Todos los casos son similares: tras las declaraciones en contra del equipo todos acaban con el mismo final, en el siguiente partido se pasa de la titularidad al banquillo.
Tras ser suplente en el partido, Sergio Ramos quiso agradecer el apoyo recibido por sus compañeros invitándoles a una comida a la que asistieron los jugadores nacionales del equipo e Higuaín y algunos representantes del cuerpo médico del club. El gran ausente fue Casillas, un habitual de estos encuentros. Este tipo de reuniones mensuales entre los jugadores nacionales de la plantilla demuestran la división existente entre el bloque español del club y los más cercanos a Cristiano Ronaldo.
El siguiente en sumarse a la polémicas de la entidad blanca ha sido Casillas después de ser el único en no celebrar el gol de CR7 que daba la victoria al Real Madrid, cuando el portero mostró una clara indiferencia. Algo que al parecer no ha gustado mucho a Mourinho. Muchos son los rumores que circulan en torno a por qué no celebró el gol. Se contempla la posibilidad de que estuviera afectado por la muerte de un fan, un niño polaco que sufría una enfermedad degenerativa y por el que sentía un gran aprecio, razón por la que tampoco habría ido a la comida organidada por Ramos.
Otra fuente cercana al jugador apunta que el guardameta estuviese centrado en sus propios errores y su autoexigencia no le hubiese permitido celebrar el gol de la victoria. El capitán del equipo blanco no está pasando por su mejor momento en el Madrid. El equipo está encajando goles en todos los encuentros y los resultados no acompañan. El entrenador luso estaría molesto con el capitán del equipo, pero sabe que castigar a su portero podría repercutir de forma negativa en el club y en la afición, aunque piensa que no le vendría mal un toque de atención y ya estaría considerando alguna manera de hacérselo entender al jugador para sacar su mayor rendimiento.
Para Mourinho no existen los castigos, le gente que le conoce define estos actos del míster como toques de atención para motivar a sus jugadores, despertar la rabia de los mismos y que esta se transforme en fuerza para obtener el título que tanto ansía desde su llegada al Bernabéu, la Champions League, el único que le falta por ganar con el Madrid.
Por otro lado, está Cristiano Ronaldo, quien con el gol de la victoria ante el City volvía a los brazos de su afición y su crisis de tristeza queda ya en segundo plano, pasando la patata caliente a otros compañeros de equipo como Casillas o Ramos y desviando su atención del ojo del huracán.
En cuanto a la afición, Mou, a pesar de tener muchos detractores, se siente respaldado por la mayoría de la grada blanca, que opina que “The Special One” es el único capaz de poner orden en un equipo con tantas estrellas como es el Real Madrid.
Veremos cómo reacciona el equipo a las formas de motivación de Mourinho después de todos estos acontecimientos, si continúan con el juego y el compromiso ofrecido en Champions League o si, por el contrario, se volverá a la impotencia y desesperación de principio de temporada. El entrenador portugués lo tiene claro: este año quiere ganar la Champions League y hará todo lo que haga falta para llegar a conseguirla.(Fuente)
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