sábado, 6 de abril de 2013

El Bayern Múnich, campeón de la Bundesliga


Hegemónico y dominador por antonomasia de la escena futbolística alemana, al Bayern se le había metido una incómoda china en el zapato en los dos últimos cursos de la Bundesliga. La revolucionaria propuesta procedente de Westfalia, encarnada en la pizarra de Jürgen Klopp y su fantástica hornada de futbolistas, habían privado al rey muniqués del recurrente banquete y el litúrgico baño de cerveza de final de temporada. La repentina insurgencia planteada desde Dortmund, unida al topetazo que significó la derrota en la final de la Liga de Campeones en casa, frente al Chelsea, en un desenlace de lo más doloroso, hicieron mover ficha al consejo de sabios integrado por el triunvirato de mandamases del club bávaro. “La Champions es la prioridad, pero hemos de recuperar el trono”, les espetó en un encuentro mantenido en las entrañas del Allianz Arena el viperino presidente, Uli Hoeness, al dirigente de honor, Franz Beckenbauer, y al tercer vértice de la cúpula, Karl-Heinz Rummenigge. La arenga surtió efecto. El Bayern ha alzado su 23º título al vencer al Eintracht (0-1), pese a la victoria por 4-2 del Borussia ante el Augsburgo.

Los jugadores del Bayern celebran el gol de la LigaDe genética ultra competitiva, poco dada a aceptar deslices en el campeonato doméstico, la directiva del Bayern tiró de manual y se agarró a la pragmática fórmula germana. Tras un sesudo análisis, identificadas las fisuras y reafirmadas las virtudes, aderezaron un proyecto cuyo germen se remonta hasta cuatro años atrás, cuando aterrizó en Múnich el técnico Louis Van Gaal. Temperamental y enérgico, en la línea de sus patrones, el holandés impuso su libreta de estilo y dio forma a un equipo que hoy día, bajo la dirección de Jupp Heynckes, desmenuza como una trituradora, hasta el punto de que ha reconquistado el cetro de la Bundesliga con un récord de precocidad: nadie había levantado el título con seis jornadas aún por disputarse. Fue Van Gaal, sin embargo, quien puso la semilla de este Bayern, conformando una base sólida integrada por futbolistas de clase media más que fiables, contrataciones atinadas y un mayor protagonismo del vivero, con irrupciones como las de Müller o el fantasioso Kroos.

Eintracht Frankfurt 0-1 Bayern München

Emigró el sargento de hierro, a la gresca con sus jefes, y tomó las riendas Heynckes. Siempre melancólico, pero hombre de fútbol también, como exige el guion de la institución, el nuevo entrenador ha tenido la virtud de no alterar los cimientos y dar continuidad a la obra moldeada por su antecesor. Además, ha logrado vertebrar un gallinero no exento de egos. Los de estrellas como Ribery, Robben o Mario Gómez, este último relegado a un segundo plano por la incursión de Mandzukic, el martillo pilón croata, punta de lanza de los bávaros este año con 15 goles en la Liga.

No termina de enamorar el Bayern con su juego, a base de ráfagas y zarpazos esta campaña, los que asesta una bestia durmiente como el equipo muniqués. Así lo demuestran las goleadas que ha rubricado ante adversarios como el Stuttgart (6-1), el Schalke (4-0), el Werder Bremen (6-1) y el Hamburgo (9-2). No engatusa del todo y aprieta el acelerador solo cuando la circunstancia o la parroquia lo exigen, pero intimida como pocos. Desde el marco hasta su vanguardia, el cuadro bávaro luce un fondo de armario que provoca la envidia de media Europa. A la columna vertebral que componen los Neuer, Lahm, Schweinsteiger y Ribéry se unen alternativas solventes. Los retoques, además, no hacen chirriar el engranaje. Le costó hacerse un hueco a Javi Martínez, por el que Bayern abonó 40 millones el pasado verano en una muestra de su alcurnia financiera, pero al final ha aprendido a desenvolverse en su nuevo hábitat.
Sobre este escenario deberá actuar en el futuro Guardiola, a quien el tímido Heynckes ha elevado ahora el listón. “Practicamos un fútbol conceptual, un fútbol moderno que él deberá perfeccionar”, manifestó al conocerse el nombre de su sustituto. Y es que estadísticamente los números del bloque del sonrosado técnico han establecido una colección de récords que heredará a final de temporada el catalán, y que reflejan la supremacía del conjunto muniqués a lo largo del curso: con 79 goles a favor es el equipo más realizador del campeonato, y solo ha recibido 13 en contra, la cifra más baja de la clasificación; con el resultado de hoy suma ya 12 victorias de manera consecutiva; fue el campeón de invierno más tempranero tras conseguirlo en la jornada 14, tres antes del final de la primera vuelta, y podría convertirse en el campeón con mayor puntuación de la competición si supera el récord que estableció el año pasado el Borussia Dortmund con 81 puntos (ahora suma 75).
Frankfurt especial: Bastian Schweinsteiger celebra su gol
Sin embargo, consciente de que conseguir el trofeo doméstico era una mera cuestión de tiempo, el club alemán ya había comunicado antes del encuentro ante el Augsburgo que no se realizaría ninguna celebración por el título ya que el próximo miércoles se mide en San Siro al Juventus en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
A pesar de que los bávaros parten con ventaja tras el 2-0 conseguido en el Allianz Arena, el objetivo primordial sigue siendo levantar la orejona el 25 de mayo en la final que acogerá el estadio de Wembley. Por el momento la primera copa de cerveza liguera ya está lista aunque apartada, falta rellenar la jarra más ansiada.

(Fuente)

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