Nuevo capítulo del desencuentro Mourinho-Casillas, con los cuartos de final de laChampions en juego. Lejos de buscar la tranquilidad mediática e incluso del propio vestuario, el técnico portugués ha querido volver a marcar el territorio y dejar bien claro a todo el mundo hasta donde llega su poder. El problema para el madridismo es que el entrenador no oculta que antepone asuntos personales a lo estrictamente deportivo, algo que no ha gustado en el club. Nadie en la zona noble delBernabéu entiende que Mourinho anuncie que Casillas no iba a estar para el partido ante el Galatasaray.
Pocos discuten la decisión de mantener en la titularidad, tampoco lo hace el propio campeón del mundo, a Diego López, pero sí la de prescindir de la presencia y del apoyo moral que siempre supone Iker Casillas. Creen que es un lujo que no se puede permitir cuando la Décima está en juego. Pero este mismo martes Mourinho ha vuelto a dejar fuera de la convocatoria al meta madrileño, por lo que no estará con sus compañeros en el importante partido nate el galatasaray de los cuartos de la Liga de Campeones.
El técnico se siente seguro con el portero gallego. Diego López está cumpliendo con nota pese a llevar siete partidos consecutivos recibiendo gol, pero transmite seguridad a la defensa. Con Casillas lejos, Mou se siente hasta un privilegiado porque entonces cree controlar la situación por completo. La relación entre uno y otro no ha variado un ápice a cómo estaba antes de la suplencia de La Rosaleda o de la posterior lesión.
El distanciamiento, en lo personal, es total. Entre uno y otro media un abismo, no hay diálogo alguno, como tampoco lo hay con Karanka, especialmente después de que el segundo entrenador se encargara de hacer llegar a ciertos sectores de la Prensa, lanula relación que mantenía con él por culpa de algunas actitudes del jugador. Hasta hace un año, la relación que mantenían iba más allá de lo deportivo. Los dos técnicos y el portero mantienen posturas muy distantes de lo que debe ser una relación dentro de un vestuario.
Mourinho y Casillas ven la vida de muy diferente manera y las posturas sonirreconciliables, tal y como demuestra que en los dos meses de recuperación de la operación, el portugués no le haya preguntado al capitán blanco por su estado físico o por la evolución de la lesión. Ni acercarse al portero, cuando con otros compañeros como Pepe, Marcelo o Higuaín sí que ha estado pendiente de lo que sucedía con sus respectivas lesiones. Tanto es así, que la inmediata incorporación de alguno de estos jugadores tras su periodo de baja o la de Xabi Alonso acudiendo a alguna concentración cuando estaba lesionado, han sido considerados como agravios comparativos.
Algunos de los compañeros de Casillas y directivos del club blanco, no comparten que esas diferencias se trasladen al grupo, al terreno de juego. Con el alta médica desde hace trece días, no entienden que el portero no viaje hasta Zaragoza y que también se quede fuera de la convocatoria ante el Galatasaray, tal y como confirmóMourinho en La Romareda, acudiendo por sorpresa a la sala de Prensa. Algunos lo ven con toques de atención como ha dado a otros jugadores como Özil, SergioRamos o al mismo Cristiano Ronaldo y otros como castigo.
El portero quería estar con los compañeros como estuvo en Barcelona yManchester, pero en esta ocasión solo lo podía hacer con el consentimiento técnico al tener el alta médica. Sabe que el puesto de titular es de Diego López y no lo discute fuera del terreno de juego. Ahora busca competir, poder luchar por un puesto en el once, pero sabe que no está en igualdad de condiciones.
Casillas se propuso acortar los plazos de recuperación, luchar contra el reloj y la medicina y ha conseguido volver tres semanas antes de lo previsto inicialmente por los doctores que le operaron. Está en forma, disfrutando del entrenamiento y sólo busca ayudar al equipo en los dos meses de competición que restan y quién sabe si de presencia de Mourinho en el Real Madrid, porque el portero no piensa en cambio alguno de aires.
Florentino Pérez intenta que la situación rebaje tensión. No quiere poner en peligro la posible conquista de la Décima, ahora que está a cinco pasos de poder levantarla.No piensa en un Real Madrid sin Iker Casillas, algo que no sucede cuando se habla de un equipo blanco sin Mourinho, pese a que su deseo es el de mantener al portugués. Las encuestas que maneja el club hablan de una fidelidad de los socios hacia la figura del portero. Sabe que prescindir del capitán no sería un movimiento bien aceptado y que le podría restar popularidad, algo que no piensa permitir.(Fuente)
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