El empate del PSG sobre la bocina no fue la peor noticia que se trajo el Barcelona en su visita al Parque de los Príncipes. La lesión de Messi y el temor a un largo periodo de convalecencia eclipsaron el mal sabor de boca que dejó el gol de Matuidi cuando el reloj marcaba ya el minuto 94 y todo parecía abocado al 1-2 conseguido por Xavi. Un mal menor que, además, pone en ventaja al Barça para la vuelta. Pero el resultado, por ahora, es lo de menos. Lo principal es conocer el alcance real de la lesión de Messi, principio y fin azulgrana.
Messi se dio cuenta pronto de que algo no iba bien. Tras marcar su gol, el que abría el marcador, el argentino enfiló el banquillo en busca del doctor Pruna y su inseparable Juanjo Brau, el fisioterapeuta que vela porque sus músculos estén siempre en orden. “Me duele aquí”, dijo el crack con gesto serio señalándose el muslo de la pierna derecha. Tito Vilanova, que asistía con atención a la cumbre en la banda, dio su receta rápido: “Ni una carrera más”. Y así fue. El argentino contempló el final de la primera parte cerca de la boca de vestuario, mientras Cesc calentaba a paso ligero. Iba a ser su sustituto.
En los vestuarios, los médicos confirmaron lo que temían: Messi tenía afectado elbíceps femoral de la pierna derecha y en un diagnóstico apresurado le echabantres semanas de baja. Por supuesto, la segunda parte la vio desde el banquillo a la espera de que esta mañana, ya en Barcelona, se conozca el alcance exacto de una lesión de que hace, de momento, casi imposible su presencia en la vuelta en el Camp Nou dentro de una semana. Puede que la prudencia de Messi y Vilanova para no forzar hayan jugado a favor de que la lesión no sea demasiado grave.
La lesión de Messi avivó viejos fantasma en un jugador marcado en el inicio de su carrera por las dolencias musculares, algo que sin embargo parecía agua pasada. Y es que Leo no sufría una lesión muscular desde el 4 de marzo de 2008 cuando en la vuelta del partido de Champions ante el Celtic de Glasgow sufrió también unarotura en el bíceps femoral. En aquella ocasión estuvo mes y medio lejos de los terrenos de juego. Desde entonces, no ha pasado de alguna sobre carga o lesión menor que no ha pasado de una semana o diez días de convalecencia. Cinco años después, Messi se reencuentra con una de sus lesiones malditas.
La maldición del bíceps femoral y la baja de Mascherano
La dolencia de Messi, por desgracia para el Barcelona, no es nueva en el equipo. Hasta ocho lesiones del bíceps femoral ha sufrido el equipo en lo que va de temporada, siendo Xavi el más afectado. El centrocampista ha tenido una rotura en este músculo hasta en tres ocasiones, la última hace apenas unas semanas antes de viajar con España. De cerca le sigueAlves con dos afectaciones del bíceps en los meses de octubre y noviembre. Junto a todos ellos están Cesc yJordi Alba, éste último lesionado en el partió de España ante Finlandia. Sin duda, una maldición que está lastrando al Barça.
Claro que el peor parado del encuentro ante el Paris Saint Germain es JavierMascherano. El argentino tuvo que pedir el cambio tras un golpe con Alba eIbrahimovic en la recta final del partido en la rodilla derecha. Los médicos, esta vez sí, vieron claro el diagnóstico: rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha y seis semanas de baja. El centrocampista, reconvertido en central, dice prácticamente adiós a la temporada. Un contratiempo que, además, agrava los problemas del Barcelona en la zaga. Con Piqué como único central, parece que es la hora de Marc Bartra.(Fuente)
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