
El autógrafo es muy particular, pidiéndoselo de una forma única y que desde luego no dejaría indiferente a nadie que recibiese tal petición. En este caso el jugador se avergüenza por lo que le está pidiendo, teniendo que pedirle que deje de insistir y que pueda continuar con el partido tranquilamente.
Una escena divertidísima que nos muestra que incluso en las situaciones más delicadas hay profesionales que se mantienen con la sangre fría. La reportera por suerte no se lo tomó mal, continuando con la retransmisión del partido sin problemas y alentando a los jugadores a que siguiesen dándolo todo por sus equipos. Con reporteras así seguro que da gusto ser una estrella mediática, a pesar de contenerte en todo momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario