En enero de 2011, el Chelsea dio uno de los golpes más espectaculares de los últimos tiempos: el fichaje de Fernando Torres. Aunque el Niño parecía mantener una relación especial con el Liverpool, los blues derribaron las barreras sentimentales y económicas con una oferta de más de 58 M€ que los reds no pudieron rechazar.
Tras sumar 78 goles en sus cuatro primeros cursos en el fútbol inglés, nadie podía imaginar que el madrileño entraría en una profundo declive al comprometerse con la entidad londinense. Sin embargo, casi dos años después, las estadísticas del ariete resultan deprimentes e impropias de un jugador por el que se pagaron cantidades casi desorbitadas (acumula 19 tantos en 85 partidos).
Asumir que este fichaje ha sido un fracaso es una labor muy complicada. Hasta en los momentos de sequía extrema de su goleador, Roman Abramovich ha mantenido la confianza en Torres y en su capacidad para recuperar el nivel, pero su paciencia, como la de todos, tiene un límite.
De hecho, una información del Daily Mail señala que el propietario de la entidad ya ha aceptado que el internacional español nunca volverá a ser el mismo y que, por tanto, ha llegado el momento de fichar a otro delantero de primer nivel: el colombiano Radamel Falcao.(Fuente)
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