Leo Messi ha recibió de manos de Luis Suárez, todavía el único español de nacimiento que ha sido Balón de Oro, la Bota de Oro que le acredita como el máximo goleador de Europa el pasado ejercicio, con 50 goles, convirtiéndose en el Pichichi más goleador de todos los tiempos.
Un galardón más para el mejor jugador del mundo en estos momentos, y que ya empieza a aguantar la comparativa con los más grandes de todos los tiempos: Pelé, Di Stéfano,Maradona o Zidane están a su altura en cuanto a todo, porque salvo un Mundial, con apenas 25 años ya ha conseguido lo que todos ellos… Y lo que falta por venir.
Ya ha conseguido su gol 300, y el 301, en partidos oficiales con elBarcelona y la selección argentino, hasta ahora, su talón de Aquiles. Hablar de sus títulos puede llevarnos espacio innecesario: lo ha ganado todo, varias veces, y siendo el jugador decisivo.
Estamos, sin duda, ante el mejor jugador del mundo en estos momentos. EL MEJOR, sin debate, sin comparativa, porque ningún jugador la soportaría. Messi es el que marca muchos goles, si, pero el que tira del equipo, el héroe modesto, el crack de equipo, el que desarma los partidos sin humillar al contrario, el que busca a sus asistente para agradecer un pase gol y no una cámara para poder lucir. Es muchas cosas, casi todas buenas, y todo ello en menos de 10 años de carrera profesional.
Hablar de esa fecha no es casual, pues se cumplen ahora 10 años de la de Andrés Iniesta, uno de los grandes beneficiados/perjudicados del argentino. Beneficiado porque su fútbol es mucho más a su lado, perjudicado porque ser contemporáneo suyo le va a privar de más de un galardón individual.
La cara de Messi es sinónimo de buen rollo. Sus gestos, de tipo humilde. Su fútbol, cuando es asociativo y colectivo, que también tiene sus ataques de individualismo, es, simplemente, otro nivel. Cuando eres su contrario, sabes que en cualquier momento, con el balón en los pies, por muy lejos que esté de tu portería, se puede plantar delante de tu cancerbero, y un gran trabajo de equipo, el contrario a Messi, puede quedar en nada en unos segundos. Gana partidos, gana campeonatos, gana admirador. No detractores, ni en la más dura competencia.
Es curioso que un jugador tan excelso, tan superlativo, de un equipo como el Barcelona, no reciba pitos, ni críticas cuando va por esos campos de Dios. Cristiano Ronaldo es criticado hasta en el Bernabéu, y con eso está dicho todo. Nadie aguanta la comparativa con Messi, y nadie incluye también al portugués. Al contrario que Iniesta, Cristiano debe estarle agradecido a Messi, ya que el hecho de que no vaya a ganar esos galardones nunca lo podrá achacar a su fútbol, es muchos aspectos deficiente, sino a que siempre ganaba la Pulga..
Si, puede que muchos madridistas, o quizá no tantos, y los ronaldistas, si es que existen como tal, puede que no hayan llegado hasta esta parte del artículo, pero decir que Messi es mejor que Cristiano no es insultar a nadie, es constatar un hecho palpable. Y si, a mi también me gustaría que jugara en mi equipo, pero no lo hace, y no por ello vamos a dejar de disfrutar de él.
Ha pasado mucho tiempo desde que a leo le daban un pastel después de cada gol para motivarle, porque ahora sería otro barrilete cósmico peor aún que Diego, aunque sus modos, sus formas, son las mismas que las de aquel renacuajo que regateaba a su sombra, que ganaba a los mayores, o que tenía problemas para crecer y el Barcelona le dio casa y tratamiento.
La vida y milagros de Messi deben servir para escribir otro artículo, o un libro, o varios. Pero aquí sólo pretendo hablar la suerte que tenemos los amantes del fútbol de poder ver al mejor jugadores del momento, quizá al mejor de todos los tiempos, palpar que no es incompatible ser el mejor con ser buen tipo. Que no hace falta estar enfadado con el mundo para jugar bien (Ronaldinho y su sonrisa quizá son una de las mejores influencias en este aspecto). Esto es un deporte con el que se puede y se debe disfrutar. No una batalla en la que siempre hay que sufrir.
Leo Messi es el mejor de todos los tiempos, si, a cada párrafo me convenzo más. No pude ver a Pelé y don Alfredo, pero sí a Maradona y Zidane, y no les tiene nada que envidiar a ninguno. Disfrutemos del fútbol, disfrutemos de Messi, y dejemos las comparaciones para los trajes de novia o las teles grandes. Esto sólo es fútbol, nada más, y Leo lo sabe, perfectamente.(Fuente)
No hay comentarios:
Publicar un comentario