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Tras las dos derrotas -ante Ucrania (2-1) y ante Inglaterra (2-3)- los ánimos están crispados en Suecia, un país que confiaba en el papel de su selección en la cita europea pero que ha visto cómo la esperanza se ha ido diluyendo a pasos agigantados.
La desilusión es tremenda en el país nórdico y, tanto en los medios de comunicación locales como en las redes sociales, se critica un estilo de juego previsible, sin apenas ideas y ralentizado hasta el punto de ser poco lúcido. El foco de los ataques ha sido Zlatan Ibrahimovic, una estrella que lejos de brillar está cuajando una actuación tímida y muy por debajo de las expectativas. Muchos lo tachan de "individualista", otros de que "únicamente corre cuando tiene ante sí la oportunidad de marcar gol". Argumentos como que "ralentiza el juego" o que "es como jugar con diez", son los que caen como una losa sobre el delantero del AC Milan. También calificativos como "holgazán" o "inoperante".
Está claro que Ibra es más activo como atacante que como organizador. Pero en la cita de Polonia y Ucrania, parece que su posición liberal le ha hecho moverse sin saber ni cómo ni cuándo tenía que marcar la diferencia. Es en el área donde con un toque tenue o un cabezazo preciso, puede hacer mucho daño al rival. Partiendo desde atrás, alejado del corazón de la portería, parece perdido. Suecia depende demasiado de la iluminación de su delantero. La zaga es lenta y las variaciones del 4-2-3-1 al 4-3-3 no han hecho más que multiplicar las dudas. Básicamente porque no existe un mediocentro capaz de actuar más como defensor.
Más allá de la dificultad del grupo, no basta con el físico para superar al oponente sino que es un conglomerado de factores desde el portero hasta el jugador más adelantado. La opinión pública sueca también ve en Zlatan (de madre croata y padre bosnio) ese capitán que "no ha estado a la altura" y que "no ha sabido unir al grupo para tratar de remar juntos hasta el final". Desde su debut en la selección (en enero de 2001) con veinte años, se ha ido convirtiendo en un líder respetado. Justo ese mismo año, el Ajax de Amsterdam llamó a su puerta. Criado en Rosengård (un distrito de la ciudad de Malmö), ha pasado de ser un nueve a convertirse en un diez, algo que en ocasiones ha terminado de confundirle hasta a él mismo.
A esta EURO 2012, ha llegado como máximo goleador del Calcio con veintiocho goles y marcando un total de treinta y nueve tantos sumando todas las competiciones. Cuando en 2009 anunció que dejaba la selección, en Suecia se respiraba nostalgia. No clasificarse para el Mundial de Sudáfrica de 2010 lastró el ímpetu de un Ibra que, por entonces, deseaba triunfar en el Barça. Después, volvió recargado de fuerzas. Al fin y al cabo, el combinado de su país ha necesitado la soberanía de Zlatan tras los viejos tiempos con Henrik Larsson o Fredrik Ljungberg. Es como ese amor en el que uno necesita al otro para descubrir la felicidad.
El martes (desde las 20:45 horas), los hombres de Erik Hamrén tratarán de enmendar sus errores ganando a Francia en el Olímpico de Kiev. Aún es posible lavar la imagen. Aunque sólo sea un poco y en el último encuentro antes de volverse a casa.(Fuente)
La desilusión es tremenda en el país nórdico y, tanto en los medios de comunicación locales como en las redes sociales, se critica un estilo de juego previsible, sin apenas ideas y ralentizado hasta el punto de ser poco lúcido. El foco de los ataques ha sido Zlatan Ibrahimovic, una estrella que lejos de brillar está cuajando una actuación tímida y muy por debajo de las expectativas. Muchos lo tachan de "individualista", otros de que "únicamente corre cuando tiene ante sí la oportunidad de marcar gol". Argumentos como que "ralentiza el juego" o que "es como jugar con diez", son los que caen como una losa sobre el delantero del AC Milan. También calificativos como "holgazán" o "inoperante".
Está claro que Ibra es más activo como atacante que como organizador. Pero en la cita de Polonia y Ucrania, parece que su posición liberal le ha hecho moverse sin saber ni cómo ni cuándo tenía que marcar la diferencia. Es en el área donde con un toque tenue o un cabezazo preciso, puede hacer mucho daño al rival. Partiendo desde atrás, alejado del corazón de la portería, parece perdido. Suecia depende demasiado de la iluminación de su delantero. La zaga es lenta y las variaciones del 4-2-3-1 al 4-3-3 no han hecho más que multiplicar las dudas. Básicamente porque no existe un mediocentro capaz de actuar más como defensor.
Más allá de la dificultad del grupo, no basta con el físico para superar al oponente sino que es un conglomerado de factores desde el portero hasta el jugador más adelantado. La opinión pública sueca también ve en Zlatan (de madre croata y padre bosnio) ese capitán que "no ha estado a la altura" y que "no ha sabido unir al grupo para tratar de remar juntos hasta el final". Desde su debut en la selección (en enero de 2001) con veinte años, se ha ido convirtiendo en un líder respetado. Justo ese mismo año, el Ajax de Amsterdam llamó a su puerta. Criado en Rosengård (un distrito de la ciudad de Malmö), ha pasado de ser un nueve a convertirse en un diez, algo que en ocasiones ha terminado de confundirle hasta a él mismo.
A esta EURO 2012, ha llegado como máximo goleador del Calcio con veintiocho goles y marcando un total de treinta y nueve tantos sumando todas las competiciones. Cuando en 2009 anunció que dejaba la selección, en Suecia se respiraba nostalgia. No clasificarse para el Mundial de Sudáfrica de 2010 lastró el ímpetu de un Ibra que, por entonces, deseaba triunfar en el Barça. Después, volvió recargado de fuerzas. Al fin y al cabo, el combinado de su país ha necesitado la soberanía de Zlatan tras los viejos tiempos con Henrik Larsson o Fredrik Ljungberg. Es como ese amor en el que uno necesita al otro para descubrir la felicidad.
El martes (desde las 20:45 horas), los hombres de Erik Hamrén tratarán de enmendar sus errores ganando a Francia en el Olímpico de Kiev. Aún es posible lavar la imagen. Aunque sólo sea un poco y en el último encuentro antes de volverse a casa.(Fuente)
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