La derrota sufrida por el Barcelona el pasado martes ante el Real Madrid en la Copa del Rey, fue para muchos la confirmación de que el ciclo victorioso iniciado años atrás puede llegar a su fin, las comparaciones son odiosas, pero es inevitable recordar como llegó el final de la etapa ganadora con más peso en la historia del Barça hasta la llegada de Guardiola al banquillo, el final del "Dream Team" de Johan Cruyff.
Una sensación inexplicable dominaba la conciencia de los pasajeros que subían al avión de regreso. Atrás quedaba Atenas, y un estadio condenado para siempre a la ignorancia del barcelonismo, porque sobre el césped del Olímpico heleno, el Barça había sido degollado por un Milan decidido a convertirse en el nuevo rey de Europa. Fue el gran revés de la carrera deportiva de Johan Cruyff, ya que ni como jugador ni como técnico se había enfrentado a un resultado de tanta dureza.
Acostumbrado a elegir el momento de su adiós en casi todos los lugares en los que estuvo y decidido a alargar su estela de triunfos más allá de los seis años de títulos que su época como técnico del Barça le había regalado, el flaco no esperaba aquella derrota, como tampocoCapello imaginaba llegar al olimpo de una forma tan sencilla. Ni el más pesimista de los anti-cruyffistas podía esperar un azote de tales características. En ese mismo terreno de juego, Cruyff había llevado al Ajax a la victoria en la Recopa de Europa siete años atrás, el paso previo a su salto a can Barça. Y rascando algo más a la historia, ganó su primera Copa de Europa ante un club griego en 1971... pero depués de 1994 poco quedó de la carrera deportiva del tulipán de oro; parecía una recapitulación perfecta de su trayectoria, con la Copa de Europa como eje de su existencia.
En el avión de regreso a Barcelona, Josep Lluís Nuñez y Johan planificaron el equipo de la temporada siguiente, borrando gran parte de los pilares que habían hecho gigante a ese Barça. Puestos a buscar comparaciones entre aquel ciclo y el actual, es difícil encontrar un paralelismo, ya que si bien este Barça está debilitándose poco a poco, no se puede decir lo mismo del ciclo 1988-1994. En aquellos tiempos todo fue más abrupto, más "bestia", que diría Pep Guardiola.
Antes de Atenas el Barcelona era una máquina de generar fútbol. Muchos admiten que dentro del club existían diferencias con Johan Cruyff, pero sobre el terreno de juego el funcionamiento de aquel Barça era el mejor que se había visto en los últimos años. 1993-94 tuvo algún lunar como el famoso 6-3 de La Romareda; un partido inexplicable como la final de Atenas, pero durante el resto de la temporada el Barça jugó mejor que nunca. La llegada de Romário había sido el broche de oro a la plantilla, que con las definiciones del brasileño era capaz de ejecutar jugadas a grandísima velocidad. Las transiciones mataban a los rivales, y era tanta la superioridad de aquella "selección española" con tres extranjeros de oro (Koeman, Stoichkov y Romário), que Cruyff podía permitirse el lujo de prescindir deMichael Laudrup y que el equipo no lo notara.
En la última jornada el Barça gana la liga con un milagro llegado desde La Coruña. Pero analizando la solvencia con la que se derrotó al Sevilla de Luis Aragonés en ese partido, todavía sorprende más la debacle de Atenas. De aquel Barça salieron Laudrup, Goikoetxea, Salinas y Zubizarreta. A la plantilla 1994-95 llegó Romário, o lo que quedaba de él tras su retiro post-mundialista. Y también aterrizó Gica Hagi, convertido en la nueva esperanza del club tras su excepcional mundial con la Rumanía de Iordanescu.
Pero el equipo estaba muerto, y en muy poco tiempo el "Dream Team" quedaría definitivamente descompuesto. La espantada de Romário fue definitiva, y tras él, Koeman anunció que volvía a Holanda, y Stoichkov, flamante balón de oro, se marcharía también... un nuevo Barça intentaría reconstruirse, pero la sombra del pasado y la distancia de Johan con la directiva, al margen de la incómoda presencia de su hijo Jordi y su yerno Angoy pesaba más que la ambición de un futuro constructivo entre las dos partes.
En muy poco tiempo se pasó de las bromas consentidas en la Plaza Sant Jaume y los chupa chups gigantes en las celebraciones, a la desidia, los reproches y las sillas en la cabeza. Así se despidió Cruyff en 1996, tras monumentales broncas y reuniones de la directiva a altas horas de la madrugada. Estaba escrito que la salida del gran Johan sería de esta manera, su serie natural reclamaba algo así.
No sabemos si el final del ciclo victorioso del Barça ha llegado con la eliminación ante el Real Madrid y el traspiés de Milán. Pero por lo menos, el proceso apunta a que será menos traumático para el futuro que el vivido en 1994-96. Una despedida a tiempo como la que tuvo Guardiola el pasado año y el casi seguro título de liga que volverá a ganar el Barcelona hará más digerible un posible fracaso global, que ciertamente es más evidente actualmente en sensaciones que en resultados. Una remontada frente al Milan en el partido de vuelta de Champions podría alejar al fantasma de 1994, en cambio otra derrota haría que el final de ciclo dejara de ser una hipótesis y pasara a convertirse en la dura realidad.(Fuente)
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