Sara Carbonero no es una periodista deportiva cualquiera, porque no todas las presentadoras de televisiones nacionales, colaboradoras de otros canales internacionales, tienen como novio al portero del Real Madrid y de la selección española Iker Casillas, y todo lo que diga o haga, o deje de decir y hacer, se va a mirar más que con lupa, llevando la demagogia al extremo, y todo ello desde sus propios compañeros de profesión, poniendo en evidencia que el corporativismo no es el fuerte en nuestro colectivo.
El último capítulo que se ha vivido de esta tortuosa relación de la Carbonero con el periodismo ha sido a colación de la reunión de los capitanes del Madrid con Florentino, y que desembocó enuna rueda de prensa del presidente blanco, portadas de Marca y un terremoto mediático de proporciones gigantescas. La periodista de Tele %, en una intervención para el programa "La Jugada" de la cadena mexicana Televisa, habló de las malas relaciones del vestuario con Mourinho (un secreto de estado, sin duda), y que no está claro que siga la próxima campaña, algo de lo que hablan TODOS los medios de este país.(Ver artículo)
Las "graves" declaraciones pueden tener un buen resumen en estas palabras: "Dentro del vestuario, el clima como sabéis todos no es bueno. De ahí a que haya habido un chantaje, pensamos todos que no. Lo que sí es vox populi es que los futbolistas no comulgan para nada con su entrenador. Ahora mismo hay división en el vestuario y habrá que esperar a final de temporada para ver si Mourinho se va, porque tiene muchos frentes abiertos en el Real Madrid". Vamos, esto es rajar y no lo que hacía José María García.
Sara Carbonero no es la mejor periodista deportiva de la historia, quizá una de las más guapas, pero no de las más brillantes, pero con todo hay que hacer una suma, y una media. Comunica bien, tiene una presencia impecable, unos estudios, una preparación y una experiencia. Y tablas y personalidad, porque muchos, con la mitad de lo que ella ha pasado, habrían tirado la toalla.
El canibalismo en el sector de los medios de comunicación es algo tan habitual como dar noticias. Nos matamos unos a otros, bien por intereses editoriales, bien por cuestiones personales, envidias, celos o rencores (esto es más habitual, digamos lo que digamos), y olvidamos algo importante y básico: los periodistas no somos las estrellas de la noticia, sino los que contamos las noticias. El matiz es evidente, aunque no lo parezca.(Ver artículo)
Un capítulo más de la tortuosa relación del periodismo con Sara Carbonero. Y la conclusión que saco es que esta mujer debe amar a su profesión tanto o más que a su novio, porque no debe trabajar por dinero, o sólo por dinero. España, ese país donde somos más papistas que el Papa y sacamos punta a una piedra de cantera. Así somos nosotros.(Fuente)
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